jueves, 9 de junio de 2016

De la sociedad canaria y el transporte

Más de una (y dos) veces he criticado – reconozco que en algunas ocasiones guiado por la rabia – el funcionamiento de transporte público interurbano en Gran Canaria, a través del blog o bien a través de InstagramLo penoso es que el problema no viene únicamente de la mano de la dejadez de la empresa y trabajadores – no todos, por supuesto, pero las guaguas no se rayan solas, claro está -, también de los usuarios. 

No es nada extraño, es más, les invito a probarlo, ver como las guaguas de GLOBAL – según la unidad, en mayor o menor medida – en sus butacas presentan daños que, al igual que en el exterior, no se producen solos. Rotura de los asideros de las butacas – las cuales usualmente también tienen grafitisquemaduras o roturas varias, realizadas con la mayor saña posible – timbres destrozados…y un largo etcétera de despropósitos que también atañen a quienes hacen uso del transporte público en la isla.
La sociedad tiene un mal endémico, la facilidad para desmemoriarse. Pocos se acuerdan ya del bochornoso espectáculo protagonizado por vándalos en el Estadio de Gran Canaria hace ahora 2 años. Yo les recuerdo el episodio.

No se engañen, bien es cierto que éstos no son aficionados del equipo, pero tampoco son hechos aislados. La sociedad canaria, la joven preferentemente, se encuentra inmersa en un estado de involución permanente, nefastamente alimentada por destructivos programas de televisión, y por otros tantos contenidos que pueden visualizarse a través de internet.
Hace varias décadas, la sociedad se encontraba inmersa en un periodo de analfabetismo obligatorio, las condiciones sociales y económicas hacían imposible el estudio. Actualmente volvemos a lo mismo, aunque en éste caso, el éxodo cultural es completamente voluntario. Dicen que la historia se repite, y para muestra un botón.
Y para muestra, también ésta imagen de la derecha tomada no hace mucho tiempo. Una butaca de guagua, completamente rota y con un grafiti en su parte inferior (como comprenderán, el difuminado responde a mi no intención de hacer publicidad a su autor). Hasta aquí hablamos únicamente de elementos estéticos – aún así, son hechos igual de censurables, por supuesto – pero el asunto se vuelve mucho más grave cuando hablamos de elementos de seguridad
Todos hemos visto – intuido, quiero decir, porque ver más bien poco – que junto a determinadas ventanas de las guaguas – de forma general, en lunas alternativas – se ubican unos objetos pequeños, de color rojo. Son los llamados martillos, éstos permiten fracturar los cristales señalados como “Salida de emergencia” para facilitar la evacuación del vehículo en caso de accidente. Los del 100% (y créanme que ésta cifra no tiene nada de estimación ni atrevimiento) de las guaguas de GLOBAL han desaparecido. Únicamente, y por imperativo legal, se han colocado uno o dos, según el vehículo, en la parte delantera, siempre a la vista del chófer. 
Hasta cierto punto es entendible que ésto suceda en guaguas de una determinada antigüedad (vamos a ignorar la obligación de la empresa de reponer los martillos) pero es del todo ilógico que tenga lugar en vehículos nuevos. Y digo nuevos por no decir matriculados en febrero, es decir, con tan sólo 3 meses en servicio

Recuerdo cuando subí por primera vez en la guagua que ha servido de motivación para escribir éste comentario. Llevaba unos pocos días en servicio, tenía todos los martillos en su sitio. Hace unas semanas faltaban 3 (de unos 6 de los que dispone en total), hoy ya sólo quedaba uno. Verán lo que vamos a reírnos cuando un día hagan falta y no estén. Y la pregunta es, ¿Para qué quieren un martillo?¿Para qué destrozar las guaguas? Y luego se extrañan de que en las Islas destaquemos en todos los índices que a cosas negativas se refieren.

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