miércoles, 22 de mayo de 2013

Julio de 1914: Accidente de guagua

A continuación les reproduzco la noticia publicada en Global Alternativa Social y que a su vez proviene de la prensa tinerfeña, sobre un accidente sufrido por la guagua que realizaba la ruta Agaete - Las Palmas de Gran Canaria, en Julio de 1914:


Como ampliación al telegrama que publicamos ayer, hacemos la siguiente descripción del accidente automovilista ocurrido el domingo, en Las Palmas: El coche correo número nueve, que salió de Agaete a las cinco de la mañana, con dirección a Las Palmas, a los dos quilómetros de recorrido, al bajar la Cuesta de las Cuevas, rompiósele una de las cadenas de tracción y freno, sin que fuera notada tal avería, siguiendo en esta forma por un puente que se halla en aquel paraje y subiendo parte de la cuesta que se encuentra a la salida del mismo. 
Entonces el auto empezó a ir hacia atrás velozmente, y al notar el chauffer el peligro que corrían los quince pasajeros que transportaba el coche, dióles la voz de "¡Señores, sálvese el que pueda!", tirándose al suelo varios, entre ellos el inspector don Juan López.
El desgraciado chauffer continuó en su puesto creyendo acaso que aún podría evitar la catástrofe; pero, el coche fue a dar contra el pequeño muro de contención de! referido puente que destrozó en parte precipitándose en el barranco que allí tiene una profundidad de nueve a diez metros, dando una vuelta en el aire, llegando al suelo con las ruedas hacia arriba, posición en que quedó, quedando varios pasajeros y el chauffer debajo. 
Trasladados infinidad de vecinos al lugar del suceso, así como las autoridades y médicos de Agaete, Gáldar, Guia y Arúcas, empezaron los trabajos de levantamiento del coche, lo que tuvieron que efectuar con palancas, logrando tras muchos esfuerzos sacar a los heridos que se encontraban debajo del coche, que estaba casi deshecho.
Inmediatamente comenzó a atenderse a los heridos por los cinco médicos que allí se reunieron, auxiliados por el practicante de la Cruz Roja de Las Palmas, señor Sánchez Panasco. Daba horror mirar el lugar donde se hallaban los heridos, empapado de sangre en algunos sitios.
Con las debidas precauciones fueron transportados los heridos a Agaete en las camillas de la Cruz Roja, quedando alojados en sus respectivos domicilios, los que eran de dicha localidad, y otros en la fonda, rodeados de las atenciones que el caso requiere. 
El Sr. Delegado del Gobierno, que se hallaba en el pago de la Santidad con motivo de la fiesta que allí se celebraba, al conocer el alcance de lo ocurrido ordenó la suspensión de la fiesta y preguntó al alcalde de Agaete el estado de los heridos, poniéndose a disposición de la referida autoridad para cuanto fuese necesario. 
A las once y media falleció el chaufer llamado Francisco González Almeida, conocido por “Pancho Gil", de 30 años de edad, soltero y natural de Telde. Las heridas que le ocasionaron la muerte fueron: grandes contusiones en la base del cráneo, otra gran contusión en el pómulo derecho y hundimiento del pecho, ocasionado por el volante de direcciones. El cadáver fue conducido por la ambulancia de la Cruz Roja a Gáldar, donde quedó depositado en casa de unos parientes que allí tenía el desdichado González Almeida. Los heridos son: Francisco Álamo González, de 74 años de edad, de oficio zapatero, contusión en la cara, mordedura en la lengua y un rasguño en la pierna derecha; Santiago Álamo Sosa, contusiones en la cabeza, pierna izquierda y frontal, ambas de carácter leve; Cirilo Medina Bermúdez, de 20 años, zapatero, contusión en la nariz, labio superior y fuerte conmoción cerebral, de pronóstico reservado; Salvador Medina Bermúdez, ataque nervioso por efecto del accidente; Valentín Bermúdez Armas, varias contusiones en el cuerpo; Encarnación Alamo Ramírez, fractura de la tibia y peroné de la pierna derecha, de pronóstico reservado; José Suárez Álamo, varias heridas contusas, estado leve, vecinos de Agaete. Juan Cabrera Rodríguez, herida contusa en la región frontal y erosiones en el pecho, leve, vecino del Ingenio; J. R. Nario, vendedor indio, independiente del establecimiento situado en la plaza de la Democracia, herida contusa en la región occipital. 
El autobús origen de esta desgracia, que se encuentra todo lleno de averías, había sido colocado en la carretera para llevarlo a Las Palmas, a costa de grandes esfuerzos.
El entierro del chauffer fue una imponente manifestación de duelo. Del féretro pendían una corona de flores naturales, tributo de los familiares del muerto, y tres de los compañeros de éste, de las empresas Automóviles Canarios, Garaje Central y La Veloz, cubiertas de crespones.
Según los informes que nos comunican, los heridos se hallan en estado relativamente satisfactorio, a excepción de José Suárez Álamo, cuya gravedad no declina.
Gracias a que el paraje donde cayó el automóvil es un terraplén con declive un tanto pendiente, y a que el autobús, al dar la vuelta quedó formando el tercer plano de un triángulo cuyo vértice era el formado por el terraplén y el terreno donde fue a caer la parte anterior del automóvil, formando éste un puente sobre aquellos dos planos, la desgracia no tuvo mayores proporciones.
Una de las heridas que causaron la muerte a González Almeida, la de la región occipital, se la causó con una piedra. 
De haber caído el autobús por el otro lado del puentecillo, cuya altura es mucho mayor, acaso no hubiese salvado la vida ninguno de los pasajeros heridos. Para extraer a éstos de debajo del coche, cuyo peso es de cuatro toneladas, fue preciso obrar con un cuidado exquisito, pues cuando se levantaba de un lado lamentábanse los desgraciados que se hallaban en el otro, sobre quienes cargaba toda la enorme pesadumbre del auto. 
El murete del puente arrollado por el automóvil, era una cosa inútil, pues carecía de cimientos y de toda resistencia. El autobús ha quedado casi completamente desarmado. Tiene el chasis y el freno de mano roto. No han padecido gran cosa, al parecer, ni el motor ni la caja de velocidad.


Esta noticia es un fiel reflejo de la sociedad del norte - noroeste de Gran Canaria en 1914 .(Para que se hagan una idea, año de inicio de la I Guerra Mundial). Vemos también como en aquella época - y hasta no hace mucho - no existían leyes de protección de datos y no se tenía reparos en publicar nombres y apellidos de las víctimas y heridos de este accidente, además de incluir una descripción bastante exhaustiva del terrible suceso, y como no, se hacen notar determinadas palabras provenientes del español antiguo. Como podrán observar, en esa época aún no se había acuñado el término "guagua".


Guagua de 1924 que no tiene relación con la entrada. | www.todocoleccion.net

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